Díselo tú, que hablas con tu
sangre.
Díselo tú, que dices lo que
quieres.
Con tu rojo, si es lenguaje
enamorado.
Con azul, si es poesía,
regalo del cielo.
Tu negro, la noche
misteriosa… su pelo.
Dile que le quiero con
mayúsculas.
Dile que le amo como no está
escrito.
Llévale en tu tinta, el
secreto de este gran verso...
Tú, manejado con pasión,
desprecio ó fervor.
Útil en el silencio callado,
gritando sentimientos de corazones rotos.
Vivo si te cojo, muerto si
te espero.
Feliz, agitado, contra el
papel: tu amado.
Triste, apagado, si en el
estuche te guardo.
Agradecido sonríes, cuando
bailas en mi mano.
Adivino en mi memoria, queda
poco que contar,
se te acaban los recursos de
esta vida, debo terminar.
Viejo y cansado, ahora estás,
pues dijiste demasiado.
Vacía el alma tienes ya. Moribunda, fría y pálida,
bajo tu cuerpo transparente y de cristal.
Sin palabras, cuantas cosas que nuestras voces callan, nuestras mentes gritan y nuestros bolis plasman...
ResponderEliminar¿Para ser leido? tal vez si, tal vez no, pero quedan escritos, a veces se releen y se quedan, otras son destruidos.
Enhorabuena! es un gran poema
Gracias Javier!! :D
EliminarPD: Intenta conservar tus creaciones, aunque sea en el cajón más recóndito y sombrío.
Y si llegase ese último momento al que te refieres, dando fin a tus escritos, regálaselos a alguien (me pongo a la cola en la lista) pero por favor, no destruyas esas pequeñas partes de ti...
Un fuerte abrazo!