jueves, 13 de agosto de 2015

Las ruinas... un camino a la transformación

Muchas personas se conforman con vivir infelices en su propia "felicidad" porque les da miedo el cambio y que todo quede reducido a ruinas.
Sin ir más lejos, yo era una de esas personas, quizá cobarde, quizá insegura, quizá un tremendo desconocimiento me invadía por aquel entonces... 
Afortunadamente un día desperté, descubriendo al tiempo que las ruinas no son más que un valioso regalo divino y un camino a la transformación.


6 comentarios:

  1. Creo como cuentas, que hay muchas personas felices en su comfort sin arriesgar, y de las ruinas, de las ruinas se renace, se arriesga, se aprende y se vuelve a construir

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    1. Seguramente hay más de las que pensamos hoy en día...
      Las ruinas son un legado maravilloso al que debemos estar eternamente agradecidos.
      Son nuestro motor de arranque y la sabiduría precisa para comenzar desde unos nuevos cimientos.

      Por cierto, gracias por tu ayuda para seguir construyendo... ;)
      Abrazos mil!

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  2. Buenas noches, María.
    Me he detenido hoy en este lúcido fragmento testimonial de tu propio proceso de transformación interior. Al igual que con la precedente metáfora de la piel como receptáculo del tacto que escribe conciencia tangible, la contemplación aleccionadora de la ruina forma parte de mi propio imaginario trascendental.
    La ruina es la evidencia de la impermanencia. La impermanencia, a su vez, es uno de los fundamentos -también llamados "sellos"- del Zen. La ruina es el desvanecimiento -sin duda luminoso- de la solidez: la preferencia errónea por la apariencia sólida nos desvía de la íntima comprensión de la eterna realidad fluida. Confiar en la solidez implica aventurarse a experimentar el desmoronamiento, la decrepitud, el quebrantamiento o la demolición de aquello que creemos indestructible o resistente al cambio. La ruina es la confirmación de la temporalidad, la transitoriedad: la impermanencia soberana. Resistir al cambio es dejar de vivir, en el lenguaje del espíritu.
    Me alegra desvelar pausadamente los preciosos senderos en los que confluimos. Esos senderos se inician en palabras de incontestable resonancia en nuestra conciencia. Son palabras-llave: así es como yo las vivo, y entiendo.
    Gassho.

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    1. Me alegra encontrar puntos en común contigo. Es agradable saber que no caminamos nunca solos...
      Interesante lo que mencionas sobre las palabras-llave. Me despierta la curiosidad, sinceramente.

      Creo que tienes una forma de escribir increíble.
      ¿Tienes algún blog donde poder leerte sobre éstos u otros temas?

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  3. P.D. Quería recomendarte una música con la que tu post me ha conectado: "Desolation Path", de Vangelis.
    Hasta pronto.

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    1. No me cansaré de decir que adoro la magia y la belleza de la música!

      Muchas gracias por tu nueva recomendación, que ya he disfrutado. ;)

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