miércoles, 12 de agosto de 2015

Abrázate a mi locura

Cultiva tu alma, creas o no en ella, cultiva tu esencia, en lo inmaterial reside lo más importante de ti, lo que más brilla y lo que nadie nunca, podrá tarificar.
No somos algo material, algo semejante a una carcasa que podamos definir.
Por mucho que te insistan, no te recluyas en lo más primario.
Esa conciencia humana unida a un espíritu, con capacidades que traspasan los límites naturales.

Podrás crecer espiritualmente, pero no serás del todo consciente hasta que logres romper ciertas cadenas.



Abrázate a mi locura, acuéstate hoy siendo un loco más, un loco de esos que creen que hay algo más allá de nuestra vista, más allá de nuestro tacto, más allá de nuestros oídos y de nuestro olfato... como yo.





2 comentarios:

  1. Buenas noches, María.
    Soy un recién llegado a tu blog, al que he accedido a través de la intuición que toma vericuetos tecnológicos que conducen a hallazgos interesantes. Tomo en consideración que tu puerta esté abierta: me permito entrar con respeto y quedarme, brevemente, para ser diáfano en mi palabra.
    Este poema, especialmente, me ha hecho detenerme. No deseo que las palabras que a continuación te dedico sean tomadas por ti como una "crítica", sino como una expresión de sinceridad surgida de una percepción fundamentada en mi propio itinerario espiritual. He sido monje Zen, y aún hoy la impronta de la vida monástica prevalece en mi carácter.
    En primer lugar, quiero decirte que lamento que identifiques lo material con una mera "carcasa" definible. Te propongo considerar la materia como un elemento sagrado: la materia viva que somos merece por sí misma la más profunda veneración. El dualismo que introduces entre lo material y lo inmaterial es un dualismo ficticio, conceptual, irreal. La práctica de la meditación es el desvelamiento de la esencial indistinción entre materialidad e inmaterialidad: la conciencia pura es el nexo universal entre ambas, es la disolución de su diferenciación, la afirmación de su unidad.
    Por esa razón propongo invertir tu percepción de la sensorialidad: no se trata de situarse "más allá" de los sentidos, sino llegar a experimentar -y hablo con conocimiento directo- que los sentidos en sí mismos, en su pureza vital y en su inmediatez viva, están más allá del pensamiento que simplemente valora la mera información que obtienen del entorno. Los sentidos son conexiones con lo vivo, desde lo vivo.
    Espero no haberte aburrido o importunado. Te agradezco que me hayas leído.
    Gassho.

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    1. Buenas tardes "Gassho".
      La esencia de mi texto es intentar hacer brillar, sobre la materia, aquello invisible que nos guía y mejor nos define, sin duda, intangible al ojo humano. En ningún caso, restar importancia a esa materia que nos delimita a la vez que nos ayuda a conocer lo más profundo de nuestro ser.

      Gracias por compartir tu amplio conocimiento a través de tus palabras.
      Todo camino espiritual me resulta enriquecedor.

      Tienes esta puerta abierta siempre que tu intuición te empuje a entrar y así lo desees... Anticipo que me encantará leerte. ;)

      Saludos!

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