jueves, 15 de agosto de 2019

Compartir: Una vía de acceso a la felicidad


Eres lo que da importancia sin ser lo importante.
Lo que te identifica sin necesidad de serlo.
Eres lo que compartes sin llegar a ser lo compartido.


Recuerda que compartir es el proceso de dividir y distribuir lo que conservas para que otros también lo disfruten.
Las comunidades humanas han compartido desde el principio de los tiempos como forma de supervivencia.
Se comparte para fomentar valores como el altruismo, la reciprocidad y el respeto.

Según mi concepto, no es tan valioso lo que compartes como saber que formas parte de ello.


COMPARTIR COMO ESTRATEGIA DE AUTOCONOCIMIENTO. 

Utiliza lo que compartes para:
➤ Tener un mayor conocimiento sobre ti. Ampliando tu visión y la de aquellos que te rodean.
➤ Reconocer partes de ti que permanecen ocultas.
➤ Crear nuevos accesos. Puertas que unos elegirán abrir hacia dentro y otros hacia afuera.
➤ Comprender lo que estás recibiendo.
➤ Contribuir a tu serenidad y a la belleza de tus relaciones.

Saber que también eres lo que compartes te brinda la posibilidad de:
✪ Identificarte con ello, para crear tu discurso.
✪ Expresar mejor lo que deseas, eligiendo sobre qué emoción volcar tu atención.
✪ Alinear tus sueños con lo que muestras, no solo con lo que sientes.
✪ Conseguir una vida más satisfactoria y rica en emociones positivas.

¿Aún tienes que pensártelo?



LO QUE COMPARTES CRECE, SE MULTIPLICA Y TRANSFORMA. 
LO QUE NO, DESAPARECE. 

Saber desde qué emoción compartes te ayuda a comprender los sentimientos que estás despertando en casa, en el trabajo o en la calle.

Exponemos dependiendo del grado de importancia que otorgamos. 
Sin embargo no es lo mismo compartir desde la felicidad que desde la tristeza, el disgusto, la ira, el miedo o la sorpresa.

Elige emociones positivas como la gratitud, la serenidad, el interés, la esperanza, la diversión, el amor. 
Comparte paz y optimismo mejor que odio, vergüenza o desesperación.
Aprende a filtrar lo que no ayuda: confusión, soledad, impotencia, vacío, decepción, inseguridad, frustración, remordimiento, celos, rabia, enfado o irritación.
Hagamos que desaparezca la rivalidad, la codicia, la pobreza, el egoísmo, el rechazo y el desconsuelo.

Comparte palabras que construyan. 
Imágenes que inspiren. Música que cure. 
Sonrisas que bendigan. 
Comparte en blanco y negro o en color. 
En cualquier caso apuesta siempre por un mensaje edificador.




COMPARTIR ES UN ARTE, UNA DESTREZA. DONDE EL LENGUAJE DE TU CORAZÓN ES CLAVE.

“Compartes pensamientos, pero no eres tus pensamientos. 
Eres la mente que los crea.”

En un momento de angustia puedes sentir miedo, pero recuerda, tú no eres miedo.

Conseguir una comunicación consciente requiere valorar la calidad de tus pensamientos, definir tus estados de ánimo y aclarar tus intenciones.

Descubre el poder de la energía en la que enfocas tu atención. 
Y concede los mejores fragmentos de ti a los demás.

Sé canción para quien disfrute escuchándote y 
paisaje para quien disfrute mirándote.


👉 PARA TERMINAR RECUERDA ESTAS CINCO COSAS:

1. A través de lo tangible también compartes aquello que no lo es.
2. Para lograr un buen diálogo con los que te rodean primero tienes que haber conseguido tu mejor diálogo interior.
3. No es más generoso quien da más, sino quien comparte mejor. 
4. No se trata de cantidad sino de incondicionalidad.
5. Lo que compartes no te define del todo, pero muestra aspectos importantes de ti. 


Por cierto... 
¿Ya has decidido qué vas a compartir hoy?
💫



(Parte 2/2 del artículo ¿Somos lo que compartimos?)
Publicado en Expocoaching Magazine

jueves, 1 de agosto de 2019

Compartir: ¿Somos lo que compartimos?


Dicen que somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, lo que intentamos, incluso lo que comemos. Pero ¿qué sucede con aquello que compartimos?

“Estamos en dos mundos, uno externo que penetra por los sentidos y es compartido por todos. 
Y uno interno que nuestros sentidos no encuentran”. 
#AlejandroJodorowsky.


⭐ DIME QUÉ COMPARTES Y TE DIRÉ QUÉ ERES.

Compartimos a todas horas. Imágenes, vídeos, noticias, palabras, objetos, comida, espacios. Cosas que se pueden ver, oír, tocar, incluso oler y saborear.
Pero también existe una información imperceptible de la que nos desprendemos durante nuestra actividad diaria y compartimos con familiares, amigos e incluso desconocidos.

Esto puede originar conflictos. Sobre todo en una actualidad donde compartir fácil y rápidamente a través de un clic, siendo guiados por una emoción o un sentimiento es tendencia.

Lo interesante es que hoy podemos convertir una acción tan sencilla como ésta, en herramienta para nuestro crecimiento personal.


 LO QUE COMPARTES HABLA DE TI. 

Piensa dónde estuviste ayer. Con quién. Qué hiciste.
Teniendo en cuenta que los elementos de comunicación más importantes son aquellos que no se ven ¿qué crees que revelaste a través del lenguaje social no verbal que utilizaste?

Eres responsable de lo que compartes, no de lo que yo interprete. 
Pero si el diálogo no es el adecuado levantarás muros allí donde quieres tender puentes.

Cuando compartes, lo notable no es el espacio sino el lugar desde donde lo haces. 

El corazón es la caja fuerte donde guardamos los sentimientos. Donde escondemos nuestros motivos y donde mejor resuena el valor que damos a cada cosa.


 TU VERDAD ES LA MÍA, CONTEMPLADA DESDE OTROS OJOS.

Puedes compartir el mismo mensaje de dos formas diferentes, incluso opuestas. 
Si decides compartir desde la ilusión generarás placer o alegría. En cambio, hacerlo desde el resentimiento o el dolor, provocará desconfianza, incluso miedo.

Cuando eliges lo que compartes aparece tu intención, donde activas tu poder de atención y entrega. Y a través de esta intención transmites el mensaje. 


(María Olivares)


Imagina que quieres compartir una rosa. 
Piensas en el bienestar que te transmite su color y su fragancia. 
Pero luego su tallo te recuerda lo que duele pincharse. 
¿Hacia dónde centras tu atención? 
Recuerda que tienes una linterna mágica en tu mano. 
Ambos sabemos que en la belleza también habita el desafío.

¿A qué parte de la rosa decides alumbrar hoy?

¿Conseguiremos disfrutar del perfume de sus pétalos o sufriremos una vez más por alguna de sus espinas?


 EXISTEN MUCHAS FORMAS DE COMPARTIR. PERO SOLO UNA REFLEJA TU GENEROSIDAD.

Atardeceres para meditar, cielos para fundirnos en ellos. 
Mares y océanos donde refrescar lo que nos pesa. 
Un sol para calentarnos. Una luna para guiarnos. 
Y tiempo para volar sin duda el mejor regalo.

Sé tan generoso como ella. Tan noble y abundante como la Vida. 

No son necesarios bienes materiales. Puedes ser una persona generosa en atenciones, llena de buenas intenciones y amabilidad.

Comparte lo que tienes sin esperar nada a cambio. 
💫



(Parte 1/2 del artículo ¿Somos lo que compartimos?)
Publicado en Expocoaching Magazine.