jueves, 10 de diciembre de 2015

Carta a mi mejor amigo

¿Cuál es tu concepto de amistad? ¿Varía en función de cada una de las personas que conoces o por el contrario, aplicas los mismos principios a todas por igual?

Ya son varias noches en las que el sueño juega a esconderse tras nuestra relación. Tal vez hoy, sea buen día para contarte algo, por la amistad que nos une...

Pase lo que pase, por favor, no me juzgues.
Evita juicios que no benefician a nadie y mucho menos, te ayudarán a ti. Aquí es donde tu mente empieza a batallar contra los demás. Y recuerda, una amistad pura y sincera, nace del corazón y se trabaja desde el mismo. Lamentaría considerablemente que volvieras de la mano de un espinoso conflicto interno, causado por una mente capaz de distorsionar todo lo real que, bajo llave, guardas en tu corazón.

¿Qué esperas de mí?
En el momento que esperas algo de alguien, tu relación con esa persona se justifica en el interés, pierde el matiz de amistad automáticamente y pasa a convertirse en una necesidad, que en ningún caso, tendrá relación alguna con las incontables ramas del árbol donde nació, crece y se desarrolla el concepto de AMIGO.

En algunas ocasiones coincide que reaparecen compañeros "incondicionales" sólo cuando éstos van a necesitar algo de ti. Esa persona a la que llevas tiempo sin ver o con la que últimamente ya casi ni hablabas (motivos que pueden desencadenar un triste enfriamiento en cualquier relación)¡Sorpresa! llega de nuevo a tu vida y vuelve para involucrarte de repente y muy sutilmente, en alguno de sus asuntos, disfrazando con destreza y amables palabras un favor.
Seguramente, el concepto de amistad de esa persona sea muy distinto al tuyo, por lo que esa relación, con diferencias tan relevantes, no solo podrá perjudicarte a ti, sino también a esa otra persona con la que no compartes un valor tan fundamental en la vida. Por ello, evita momentos de dolor y deja que el transcurso de los acontecimientos proporcione nuevas oportunidades.
En el mejor de los casos, solo te acompañará la sensación de haber perdido un tiempo que vale oro. Percepción que irá disminuyendo paulatinamente. Aún y así, para todo, siempre hay una parte positiva, y es que podrás aprender con la práctica, para evitar repetir posibles historias gemelas.
No olvides que tan respetable es tu concepto de amistad, como el de esa otra persona. Y en base a ellos, cada cual vivirá sus propias experiencias, siempre necesarias, para una correcta evolución personal.

Por ello, cuando no necesites nada de mi, entonces ven a buscarme. Solo así seremos capaces de volver a sentir lo especial de aquella primera vez. Cuando sin llegar a verte, te vi, cuando al cerrar los ojos, te seguía creyendo, cuando disfrutabas de mi presencia y el amor se encargaba del resto.

¡Miedos fuera!
Declárale la guerra a tus temores y empieza a ser sincero contigo mismo. Luego no tengas miedo a la hora de hablar, confesar, aclarar dudas, exponer tu corazón frente a su escaparate... Solo así podrá ver lo que hay y se está moviendo, dentro de ti.

Cada día son más las personas sensitivas. Afortunadamente la mirada que se practica desde el corazón, es una tarea que muchos ya iniciaron y hay quienes avanzan a pasos agigantados, en lo aparentemente imperceptible. Pero si coincides con aquellos que aún les cuesta VER más allá de lo que captan sus propios ojos, no te quedará más remedio que desnudar tu alma ante ese misterioso espejo que, sin darse cuenta y ¿por qué no? también a plena luz del día, esa persona te estará poniendo delante.

Mochila de expectativas.
Si me invitas a tu vida, no esperes que pague tus cuentas pendientes. Sigo luchando a diario para poder saldar esas posibles deudas kármicas que, como piedras, vamos cargando en una mochila, a modo de probabilidades. Espero que tú también estés trabajando en ello. Y si ya lo conseguiste... ¡Felicidades! Un camino ligero se transita mejor.

Si tu deseo es que te acompañe, no deberías esperar ningún tipo de favor a cambio. Y si pones condiciones,  por favor dímelo, si me interesa, al igual que tú, yo también intentaría pactar mi "letra pequeña".
Sin conocerte o saber qué te mueve por dentro, lo ÚNICO que podría ofrecerte ahora, es esa energía indescriptible que soy y que muchos llaman Amor.
Cualquier otra cosa que pretendas, necesites o veas en mi, deberías hacérmelo saber cuánto antes, por si puedo trabajar en ello para cumplir tus expectativas... Si no me facilitas el camino en este sentido, dudo mucho que pueda hacer algo al respecto y te confieso, que no me gustaría luego decepcionarte. Así que hablemos, si fuera necesario, para evitar por ambas partes, un sufrimiento posterior añadido que ninguno de los dos merecemos.

Cuestión de prioridades.
Debes tener en cuenta que, al igual que tú tienes tu vida y gira en torno a más personas, la mía también merece la pena e influye de manera directa sobre otros seres no menos especiales.
Puede que justo ahora esté apoyando al 100% a otra persona, que precisa de mí tanto como tú. Alguien a quien como a ti, considero especial. Alguien que tal vez haya pasado su vida intentando ayudar a otros, sin pedir nada a cambio, o tal vez no...

Hay quienes caen en el error de querer ayudar por su cuenta y riesgo, mientras van dejando que su vida se les escape de las manos. Y cuando llegan a ser conscientes de algo tan importante como que, los que más ayuda necesitaban, no eran otros, sino ellos mismos, comienzan a reestructurar sus vidas, aprovechando un tiempo tan valioso, como el que ahora se divierte a contrarreloj en pos de unos sueños muy definidos, que jugaron a olvidarse con el paso de los años y ya presumen de tener los días contados.

Por todos estos motivos, puede incluso, que esa persona con la que me haya comprometido en cuerpo y alma, hoy sea yo.
Y no por eso en este momento, te quiero menos. No por ello has dejado de importarme, pero debo terminar antes la parte que me corresponde y ya no puedo seguir postergando, para quererte mejor.
Sólo es cuestión de tiempo, que en definitiva es lo que somos y se nos regala, tiempo para aprender, recordar y amar.

Gracias por el tuyo. Por respetarme y amarme como soy.

Atentamente, tu Amiga.



2 comentarios:

  1. Buenas tardes, María.
    Somos amigos?
    Tu texto de hoy es por igual oportuno e incisivo para mí. Abrazo su lectura en un momento convulso, pues alguien con quien hasta ahora mantenía un vínculo de amistad ha decidido alejarse de mí.
    El quebrantamiento de esa relación amistosa ha sobrevenido por mi aplicación de un valor sustancial que aparece legible de forma mínima en tu texto: la sinceridad. Considero que una amistad profunda y genuina no puede sustentarse sin ella, pero entiendo no obstante que es apropiado no dejar de tener en cuenta que la sinceridad debe ser justa y oportuna. En la correcta visión de lo justo y lo oportuno subyace un fundamental propósito de desarrollar la amistad como una relación saludable: ser amigos es entonces ser mutuamente saludables, y eso concierne más si cabe a la adversidad que deteriora la salud de la conciencia compartida. En este contexto, la sinceridad saludable es para mí la que se nutre de un sentido simultáneo del equilibrio, entre la cautela y la impertinencia. Ese equilibrio es sabiduría en prescindir de ambas. La sinceridad calculada es una restricción a la transparencia, mientras que la sinceridad desmesurada es una licencia para lo innecesario, acaso para lo ofensivo. La determinación de una sinceridad equilibrada es todo un capítulo del aprendizaje saludable de la consciencia en las relaciones.
    El problema de la expresión y la expresividad de lo sincero adquiere una densidad definitiva en el esclarecimiento del contrapunto de la tolerancia. Que mi sinceridad sea tolerable para el Otro es la médula de la concordia sostenible entre ambos. Hay un "saber decir" que necesita, recíprocamente, un "saber escuchar". En esencia, hay un "saber dialogar" que no es implícito a la cultura o la educación: es explícito en cuanto logro de consciencia personal que se manifiesta recíprocamente. La concordia es el recuerdo permanente de lo que entre dos personas hay -siempre en presente- de corazón y realidad. La concordia necesita de la preservación de lo cordial. Cuando la cordialidad se pierde, la concordia muere.
    Me agrada poder confiarte mis pensamientos en un momento amargo tras una desavenencia quizá irreparable. Me siento confortado en la breve asincronía escrita que compartimos.
    Gassho.

    No me olvido de la recomendación musical:
    "Les Larmes" (para dúo de pianos) de S. Rachmaninov.

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    1. Carlos!
      A menudo las distancias que ponemos los seres humanos son más físicas que emocionales, pues son las más fáciles a la hora de querer ordenar ideas o sentimientos.
      Las relaciones a veces se tornan algo confusas, pero todas nos aportan siempre algo positivo y tú, aunque te conozco poco, no dudo que también consigues ver esa parte sin mucho esfuerzo.
      Recalco que debemos confiar en la vida y en lo que nos espera y dejar que todo fluya como debe. Y si debe ser, esa amistad volverá a brillar de la forma que corresponda.
      Sinceramente, me alegra seguir leyéndote en este espacio.
      Y te agradezco de corazón tus recomendaciones melódicas, aunque en este caso, he de decirte que en esta pieza musical encontré unos matices, quizá de desconcierto, algo diferente a lo que acostumbraba a disfrutar.

      Un abrazo y hasta pronto!

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