lunes, 21 de septiembre de 2015

Y no fue el café

No fue el café...

Fue tu partida que consiguió desvelarme.
Tus ojos clamando de lejos,
tu chispa impactando contra mi cuerpo
y tu aroma, horas después,
despuntando ávido sobre mi cuello.
Por eso declaro, que no fue el café
quien hoy me robó el sueño,
sino todas las ganas, que para otra vez
dejaste guardadas, bajo mi piel
y en tu pecho.


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