Hubo quien me vio,
sin lograr mirarme.
Quien me observó y
concluyó recreándose.
Quien estando
conmigo, no supo entenderme.
Y quien sin estar,
me comprende.
Hubo quien me
conoció, sin apenas esforzarse.
Quien me reconoció
y por absurdos miedos a defraudarme,
ni siquiera intentó
quedarse.
Hoy hay quien me
mira y no se atreve.
Quien a lo lejos me
ve y consigue acercarme.
Y quien estando
cerca, la distancia mantiene.
Hay quien solo
seguirá observando,
conservando su
interés.
Y quien al
conocerme, mirará hacia otro lado
al descubrir por
sorpresa, lo que reside en él.
Finalmente
permanecerá a mi lado,
quien como yo y
contra sus miedos haya luchado,
librando la
tenebrosa batalla entre su ego y su ser.
Pues aquél que no
encuentra en mí su lugar,
tampoco el suyo
tiene claro y poco a poco, se irá alejando,
para ordenar los
olvidos, recorrer a tientas caminos
y reestructurar su
presente, con los posibles de ayer...
Hubo quien fue máscara de afecto urgente,
ResponderEliminarsaludo frígido y miseria dialogada
en pálidos coloquios de palabra exacta,
en tímidos resquicios de hábil semejanza,
ufano hueco de simpatía decorada
con vana rúbrica de gratitud aparente.
Hubo quien fue sonrisa opaca y ausente
empeño de hallar la recíproca evidencia
de aquello que concilia nuestras huellas
en fértiles caminos, armónicas sendas
de claridad, de fecunda inteligencia,
siembra lúcida de aliento confluyente.
Confluiremos alguna vez, María?
Gassho.
(Mientras suena "Absenta", de Bruno Sanfilippo)
Quién sabe...? Quizá donde confluyen futuro, pasado y presente.
EliminarQuiero agradecer tu comentario y tu bello poema que aquí compartes.
Gracias también por la música recomendada siempre.
Saludos!