jueves, 1 de octubre de 2015

Recuérdame quién era

Decides huir y a ciegas,
te adentras de nuevo en su laberinto,
encrucijada de emociones ardiendo sin sentido
entre su piel, la tuya y la mía.
Con valentía, trenzaste mi camino una mañana,
otorgaste fuerza y color
a un verano que se desvanecía,
pero tu arcoiris, recién llegara el otoño,
con su voz se apagaría.

Yo seguiré paseando
por tus bosques verdes en primavera,
con mariposas en la barriga, con ríos que fluyen plata,
ciervos alzando el vuelo, águilas pastando hierba
y estrellas fugaces a plena luz del día.

Aún si en tu realidad
nos volviésemos a encontrar,
tómame de la mano sin preguntar,
dime por qué yo
y recuérdame quién era...



4 comentarios:

  1. Buenas tardes, María.
    Es interesante el aura enigmática con la que concluye este poema. En todo él hay una reminiscencia de pasaje onírico que me ha cautivado...
    Aprovecho para preguntarte sobre las imágenes que acompañan a tus palabras. Más que las fotografías, me interesa la autoría de las ilustraciones. Son bellísimas, debo decirlo. En caso de que no sean tuyas, tu elección de las mismas también desvela las preferencias de tu alma.
    Gassho.

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    1. Buena madrugada!
      A menudo pienso que la vida en sí podría ser un sueño...
      Sobre las ilustraciones que acompañan a mis escritos, mezclo fotografías de mi cosecha con algunas que selecciono de galerías de imágenes que se encuentran en la red, y aunque desconozco su autoría, intento acoplar siempre una que se ajuste al texto que publico, ó al menos que pueda trasmitir esa magia que le pudiera faltar a mis palabras...

      Como siempre, gracias por tu comentario.

      Un saludo!

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  2. Buenos días, María.
    Creo que ya es momento de presentarme: mi nombre es Carlos.
    Te agradezco tu breve elogio de mi escritura. Quiero decirte que tu mundo me atrae y me inspira, por eso me he hecho presente en él. Si bien desde la distancia, lo más valioso es tu receptividad.
    Lamento decirte que no tengo un blog al que puedas acudir. Cultivo mi vocación de escritor desde hace cuatro años, aunque no he publicado nada por ningún medio. Tengo, no obstante, un proyecto de blog que por ahora es inviable. En el incluiría textos, poemas e ilustraciones personales. Esta parcela creativa es la que tengo suspendida desde hace años, lo cual me impide completar la construcción del blog. Anticipándome a tu curiosidad, las ilustraciones a las que me refiero son pequeñas obras en tinta china inspiradas en la espiritualidad pictórica taoísta, que también incluye la noble práctica de la caligrafía. Estoy esperando un cambio laboral (menos dinero por más tiempo libre) para reiniciarme en ese arte.
    Me encantaría esclarecerte el asunto de las "palabras-llave". De un modo elemental, son palabras que abren estancias de nuestra arquitectura interior. Esta percepción arquitectónica del mundo espiritual demanda un lenguaje que integre todos aquellos elementos que definen los espacios de la interioridad, sus significados (emocionales, conceptuales y simbólicos) y sus relaciones a través de la identidad propia o la vivencia personal. Toda llave es, en sí misma, un objeto pasivo. Ejerce su función cuando una voluntad decide utilizarla. Esto ocurre en el nivel consciente, precisamente para abrirnos -o no- las puertas del espacio inconsciente, del espacio onírico, del espacio visionario, del espacio transverbal. Las palabras-llave están ahí: bien diferente es que uno mismo este ahí, conscientemente, para utilizarlas y adentrarse en esa arquitectura interior, no siempre armoniosa, ni alegre, ni luminosa.
    Te agradezco nuevamente tu receptividad hacia mí.
    Gassho.

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  3. P.D. Federico Mompou - "Música Callada. Cahier No.1: I. Angelico".
    Hasta pronto.

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