Un legado álmico sobre la Felicidad. Una hermosa búsqueda de la Esencia a través de enseñanzas codificadas del alma.
Un mágico encuentro con un Ahora fugaz, que tan solo consiguen disfrutar quienes llegan a cruzar la puerta.
Esa misma que desde hoy para ti voy a dejar abierta.
Buenos días, María. Conoces el haiku? El haiku es el micropoema por excelencia. Dentro de la tradición Zen, representa un ejercicio verbal de realización súbita de la instantaneidad. La conciencia poética en el haiku refleja la captación inmediata y transparente de un momento natural. El poeta refleja con espíritu inmaculado y diáfano un instante de luminosidad en su contemplación de la naturaleza. Te animo a que descubras, si no lo conoces aún, el mundo poético del haiku. Subsiste, no obstante, el problema de la traducción, en la que se quiebra la rotundidad fonética del idioma japonés y su expresividad concentrada en sílabas, más que en palabras. Te hago esta modesta recomendación atendiendo a tu manifestada inclinación por la poesía.
Brilla el rocío en la zarza. Una gota en cada espina.
Para finalizar, quiero acudir hoy a la magna obra de poesía pianística que son los Nocturnos de Fréderic Chopin. Te recomiendo especialmente los números 1, 8 y 13. En la versión de Daniel Barenboim. Gassho.
Buenos días, María.
ResponderEliminarConoces el haiku?
El haiku es el micropoema por excelencia. Dentro de la tradición Zen, representa un ejercicio verbal de realización súbita de la instantaneidad. La conciencia poética en el haiku refleja la captación inmediata y transparente de un momento natural. El poeta refleja con espíritu inmaculado y diáfano un instante de luminosidad en su contemplación de la naturaleza.
Te animo a que descubras, si no lo conoces aún, el mundo poético del haiku. Subsiste, no obstante, el problema de la traducción, en la que se quiebra la rotundidad fonética del idioma japonés y su expresividad concentrada en sílabas, más que en palabras. Te hago esta modesta recomendación atendiendo a tu manifestada inclinación por la poesía.
Brilla el rocío en la zarza.
Una gota
en cada espina.
Para finalizar, quiero acudir hoy a la magna obra de poesía pianística que son los Nocturnos de Fréderic Chopin. Te recomiendo especialmente los números 1, 8 y 13. En la versión de Daniel Barenboim.
Gassho.