jueves, 1 de agosto de 2019

Compartir: ¿Somos lo que compartimos?


Dicen que somos lo que pensamos, lo que sentimos, lo que hacemos, lo que intentamos, incluso lo que comemos. Pero ¿qué sucede con aquello que compartimos?

“Estamos en dos mundos, uno externo que penetra por los sentidos y es compartido por todos. 
Y uno interno que nuestros sentidos no encuentran”. 
#AlejandroJodorowsky.


⭐ DIME QUÉ COMPARTES Y TE DIRÉ QUÉ ERES.

Compartimos a todas horas. Imágenes, vídeos, noticias, palabras, objetos, comida, espacios. Cosas que se pueden ver, oír, tocar, incluso oler y saborear.
Pero también existe una información imperceptible de la que nos desprendemos durante nuestra actividad diaria y compartimos con familiares, amigos e incluso desconocidos.

Esto puede originar conflictos. Sobre todo en una actualidad donde compartir fácil y rápidamente a través de un clic, siendo guiados por una emoción o un sentimiento es tendencia.

Lo interesante es que hoy podemos convertir una acción tan sencilla como ésta, en herramienta para nuestro crecimiento personal.


 LO QUE COMPARTES HABLA DE TI. 

Piensa dónde estuviste ayer. Con quién. Qué hiciste.
Teniendo en cuenta que los elementos de comunicación más importantes son aquellos que no se ven ¿qué crees que revelaste a través del lenguaje social no verbal que utilizaste?

Eres responsable de lo que compartes, no de lo que yo interprete. 
Pero si el diálogo no es el adecuado levantarás muros allí donde quieres tender puentes.

Cuando compartes, lo notable no es el espacio sino el lugar desde donde lo haces. 

El corazón es la caja fuerte donde guardamos los sentimientos. Donde escondemos nuestros motivos y donde mejor resuena el valor que damos a cada cosa.


 TU VERDAD ES LA MÍA, CONTEMPLADA DESDE OTROS OJOS.

Puedes compartir el mismo mensaje de dos formas diferentes, incluso opuestas. 
Si decides compartir desde la ilusión generarás placer o alegría. En cambio, hacerlo desde el resentimiento o el dolor, provocará desconfianza, incluso miedo.

Cuando eliges lo que compartes aparece tu intención, donde activas tu poder de atención y entrega. Y a través de esta intención transmites el mensaje. 


(María Olivares)


Imagina que quieres compartir una rosa. 
Piensas en el bienestar que te transmite su color y su fragancia. 
Pero luego su tallo te recuerda lo que duele pincharse. 
¿Hacia dónde centras tu atención? 
Recuerda que tienes una linterna mágica en tu mano. 
Ambos sabemos que en la belleza también habita el desafío.

¿A qué parte de la rosa decides alumbrar hoy?

¿Conseguiremos disfrutar del perfume de sus pétalos o sufriremos una vez más por alguna de sus espinas?


 EXISTEN MUCHAS FORMAS DE COMPARTIR. PERO SOLO UNA REFLEJA TU GENEROSIDAD.

Atardeceres para meditar, cielos para fundirnos en ellos. 
Mares y océanos donde refrescar lo que nos pesa. 
Un sol para calentarnos. Una luna para guiarnos. 
Y tiempo para volar sin duda el mejor regalo.

Sé tan generoso como ella. Tan noble y abundante como la Vida. 

No son necesarios bienes materiales. Puedes ser una persona generosa en atenciones, llena de buenas intenciones y amabilidad.

Comparte lo que tienes sin esperar nada a cambio. 
💫



(Parte 1/2 del artículo ¿Somos lo que compartimos?)
Publicado en Expocoaching Magazine.